martes, 21 de mayo de 2013

Martín Fierro-la mujer



Martín Fierro decía que no había que ofender ni insultar a la mujer. Al enterarse que ella se había ido, él en vez de juzgarla la entiende, ya que si no lo hacía moría por hambre y miseria.
Cruz dice que el quería mucho a su mujer hasta que ella lo engaña con el comandante. Pero Cruz se venga y lo mata a este.
El viejo Vizcacha cuenta que mató a su mujer porque le dio un mate frío. Dice que es mejor estar soltero y nunca creer en las lágrimas ni en la renguera de la mujer. 
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El pensamiento de Martín Fierro o, mejor aún , del autor sobre la mujer en el poema, refleja en algunos casos un expresividad un tanto parca , que se puede atribuir al modelo. Las palabras razonadoras y explicativas de Fierro cuando, al volver a su pago, encuentra la tapera y se entera de la huída de su mujer y de la dispersión de sus hijos, es de una incomprensible frialdad, pero, que quizás el autor resalta, para expresar la rebeldí­a espiritual de Martín Fierro por la ruptura de su mundo.
En cambio hay un aumento de la tensión emocional cuando expone con claridad el episodio de la cautiva , pleno de particular patetismo. Los dos más notables, realzados por su ubicación al final de estrofa y como remate de los cantos 8 y 9 respectivamente son “me amarró luego las manos /con las tripitas de mi hijo â€œenvolvió en unos trapitos / los pedazos de su hijito / que yo le ayudé a juntará. En párrafos anteriores hace especial alabanza en términos abstractos, pero para destacar el rigor de los indios con sus chinas. Y un tratamiento sin igual a la mujer y la madre 
Cruz también exalta el amor que por su esposa , pero antes de contar que lo engañaba con el Comandante.
La actitud de los personajes ante el amor es también caracterí­stica de la época y la sociedad en que se desenvuelven. La mujer, salvo alguna alabanza más retórica que sincera, es relegada a un segundo plano. Los sentimientos hacia ella, especialmente en Cruz.
En este aspecto, Martín Fierro se muestra menos crudamente realista que la picaresca, pero coincide con ésta en proscribir lo soez y lo pornográfico.
Otros personajes de tipicidad, como la negra y su acompañante, el Gaucho pendenciero.Las figuras femeninas son todas muy borrosas,    Finalmente destaquemos un hecho curioso, en el que se supone, que el autor quiere destacar una forma de tratamiento personal del gaucho , en el que solo Martín Fierro tiene nombre y apellido.

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